sábado, 2 de agosto de 2014

LOS PASIVOS LABORALES DEL SECTOR PÚBLICO, UNA BOMBA QUE EMPIEZA A DETONAR


Autor: Maestro en Derecho Héctor Alfredo Ramírez Cárdenas[1]

No somos pocos, quienes desde hace años venimos comentando que los pasivos laborales de una centena de sistemas  públicos de pensiones  carentes de toda viabilidad financiera constituían una bomba de tiempo [2],  una bomba de tiempo que hoy ya esta detonando, y es que, es un secreto a voces, que ya no hay dinero para pagar las pensiones de mas de cuatro millones de beneficiados, lo saben, lo han sabido los líderes sindicales, los directivos empresariales y los funcionarios del gobierno, pero nadie ha querido asumir el costo social y político.


En el caso del sector público, no es sino el resultado de los excesos en las prestaciones contractuales en los rubros de seguridad social de los contratos colectivos de trabajo de PEMEX , CFE, IMSS, la extinta LUZ Y FUERZA DEL CENTRO, etcétera,  la parte “obesa” de las “bondades” del gobierno en sus tres ordenes de gobierno  con sus empleados y los de las paraestatales, que hoy se endosan  al gasto público.



Cada año el gobierno toma una cifra creciente de los impuestos federales, para cubrir obligaciones con al menos 105 fondos de pensiones que se encuentran descapitalizados. Los sistemas de pensiones del IMSS y el ISSSTE, los de los estados, universidades públicas, municipios y otros, ya son subsidiados con recursos fiscales que afectan otras partidas de las finanzas públicas. Actualmente el gobierno ya destina cerca del ocho por ciento del presupuesto de egresos de la federación en subsidios adicionales para fondear las pensiones.

El economista Pedro Vásquez Colmenares[3], ya desde el 2012 alertaba: “El problema de las pensiones es como una gran chequera social, (los desembolsos) ya tienen nombre, monto y fecha, pero no nos hemos preocupado por revisar el saldo. En esta misma década se puede vulnerar a los trabajadores en sus sistemas de pensiones. La sociedad tiene que solucionar el problema aceptando el reto. Durante muchos años lo que han hecho es poner en riesgo a los trabajadores y eso es una realidad: la insolvencia ya está aquí y todo el sistema presupuestal está destinando cada vez más recursos a las pensiones en ayuntamientos, dependencias federales y otros.”

De acuerdo a economistas relacionados con esta realidad de las finanzas públicas ligadas a las prestaciones sociales y a los fondo de jubilaciones y pensiones de “todo el sector público”, la cifra absoluta es  escandalosa  porque representa el 20 por ciento del Producto Interno Bruto nacional.

Dicho de otra manera, los “pasivos laborales” relacionados a prestaciones sociales ligadas a las pensiones y jubilaciones, junto con otras prestaciones, están relacionadas con los afiliados al ISSSTE, IMSS,  instituciones sociales de estados y municipios, todo aquel servidor público, incluidos los maestros, le cuestan al país 20% del PIB, un billón de pesos por cada punto porcentual.


El tema ha salido a relucir, porque hoy  nuestros legisladores nos han salido  con la propuesta de asumir como deuda publica los pasivos laborales- exclusivamente- del sector energético,  pero ello es simplemente una tomada de pelo, esto es, mucho ruido y pocas nueces, que apenas y toca una punta de la madeja de tan escabroso tema, y es que la tan aludida y discutida  propuesta, por lo menos originalmente, se traduce en que  nuestros sesudos  legisladores en un artículo transitorio a los cambios de la Ley de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria  nos  aseveran que:

 “El Gobierno Federal podrá asumir una proporción de la obligación de pago de las pensiones y jubilaciones en curso de pago, así como las que correspondan a los trabajadores en activo de Petróleos Mexicanos…”. Enfatizo que el texto dice “podrá” y no “deberá”

Adelante viene la condición: “…siempre que dentro del año siguiente a la entrada en vigor del presente Decreto, Petróleos Mexicanos alcance un acuerdo para modificar el contrato colectivo de trabajo aplicable a la empresa”. 

Y más abajo aparece en qué sentido debe darse la modificación: “…deberá conllevar en el mediano plazo a una reducción del pasivo laboral de la empresa… y deberán contemplar, al menos, que las pensiones o jubilaciones de los trabajadores de nuevo ingreso sean financiadas bajo esquema de cuentas individuales”.

Pero el texto es aún más preciso: “la proporción de la obligación de pago que en su caso asuma el Gobierno Federal será por un monto equivalente a la reducción del pasivo laboral”.

Dicho de otro modo, lo que dicha ley propone es que el gobierno federal “pueda” asumir el compromiso de pagar las pensiones y jubilaciones de los actuales trabajadores de Pemex que próximamente  estén en condiciones de hacerlo, siempre y cuando, Pemex logre modificar su contrato colectivo de trabajo, y en él, conjuntamente con el sindicato  se adopte un sistema de capitalización de pensiones, esto es, optar por el sistema de cuentas individuales. 

La pregunta es obvia ¿Lo aceptará el sindicato?, ¿Podrá Pemex o el gobierno federal doblegar a un sindicato tan poderoso? 


Pero, aun de ser así, que hay de los demás trabajadores del sector público, llámese Federación, estados, municipios, universidades, organismos autónomos, desconcentrados y descentralizados, ellos también podrán exigir ahora su salvamento y rescate fiscal, pues tanto derecho a garantizar su retiro laboral tienen los trabajadores de Pemex y CFE, como el resto de los trabajadores del sector público, en los tres órdenes de gobierno.

Esta por ejemplo el caso del IMSS en el que su pasivo laboral  ascendió a 16 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) del año pasado; y casi la mitad (48 por ciento) del presupuesto de Egresos de la Federación del 2013, de acuerdo al informe financiero anual presentado por su director al Ejecutivo Federal y al Congreso de la Unión 2013-2014.

Según informó el propio  instituto, en 2013 su pasivo laboral fue de 2.7 billones de pesos. De este total, 29 por ciento está a cargo de las obligaciones del IMSS como asegurador, es decir, aquellos compromisos que tiene con sus pensionados y trabajadores con derecho a jubilarse a futuro, de acuerdo a lo estipulado por la ley del seguro social.  Entre tanto, el restante 71 por ciento del pasivo proviene de los compromisos laborales que corresponden al IMSS como patrón, es decir los beneficios que recibe cada pensionado y/o trabajador con derecho a pensión derivado de su contrato colectivo de trabajo. El informe señala que en los próximos años el uso de las reservas técnicas seguirá al alza, pasando de 15 mil 80 millones de pesos al cierre de este año a 21 mil 609 pesos en 2016. Esta situación hará que si no se toman medidas de fondo, en este último año se agoten los fondos del Reserva Financiera y Actuarial, colocando en una situación de inviabilidad operativa a la institución.

El problema es muy grave, y no es con reformas timoratas o a medias como se va a resolver. El problema de pensiones trasciende la seguridad social y alcanza al de las finanzas públicas y al de la política, la crisis de las pensiones ya está aquí, y exige soluciones más drásticas. La realidad es que como ya lo anotaba, no hay fondos de pensiones, no se ahorró; se está tomando del presupuesto federal, estatal y municipal para pagar las pensiones, y por lo tanto son esos niveles de gobierno y nadie más quienes tienen que responder.  

El gobierno los actores políticos y las organizaciones de trabajadores se tienen que poner las pilas y con una estrategia de altura,  comenzar  a revisar sus contratos colectivos, donde se respeten los derechos adquiridos de jubilados y de los trabajadores actuales, pero se modifique las condiciones de jubilación y prestaciones de los nuevos y futuros trabajadores. Así, las aportaciones de los trabajadores y de las empresas paraestatales o instituciones gubernamentales serían suficientes para resolver los pasivos laborales históricos que no serán incorporados a la deuda soberana y, por la otra parte, se daría viabilidad y fortaleza al sistema de pensiones actual.

El gobierno federal tiene una muy grave y urgente responsabilidad sobre todo si partimos de la ineludible premisa de que los déficit pensionarios son responsabilidad de los gobiernos, los patrones y los trabajadores beneficiarios, no de los contribuyentes en general, y bajo este supuesto no pueden seguirse cubriendo del dinero de todos los mexicanos, y en detrimento de múltiples servicios públicos.

H.A.R.C

[1].- Abogado con maestría en Derecho Privado por la Universidad Iberoamericana Puebla, Catedrático  titular  de  las  materias  de Derecho del trabajo y de Derecho de la  Seguridad  Social, en la  Universidad  de las  Américas , Universidad Anáhuac, y Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla;  Catedrático  en  la  maestría  de  Derecho  Fiscal  en  la  propia Universidad Popular  Autónoma  del  Estado de  Puebla, Asesor, capacitador, y conferencista de Coparmex, Canacintra y otros organismos empresariales. Del año 2006 al 2012 se desempeño como titular de la Jefatura de Servicios Jurídicos en la Delegación Tlaxcala del Instituto Mexicano del Seguro Social. Hoy en día esta dedicado a la docencia, y es socio director del Bufete Asesoría Jurídica Familiar, y la empresa Investigación y capacitación empresarial S.C. empresa líder en capacitación, y asesoría empresarial.  http://mx.linkedin.com/in/ramirezcardenasalfredo/

[2] .- “Los pasivos laborales del sector publico, una bomba de tiempo” Ramírez Cárdenas Alfredo, Editorial Popocatépetl,  México. 2005

[3]Pensiones en México, la próxima crisis”,  Vázquez Colmenares Pedro, Siglo XXI editores, México, 2012

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